Cuando Aomame tenía diez años tomó de la mano a un niño de su clase. Entonces supo que sería la persona a la que amaría el resto de su vida.
Me gusta Aomame.
No ha vuelto a verlo desde entonces. Y tiene treinta. Trabaja en un gimnasio; a veces mata gente. No tiene pareja. No ha vuelto a verlo desde entonces. Lo ama. Lo va a amar el resto de su vida. Ella lo sabe. Sólo ella.
Me gusta Aomame.
Y como lo sabe, el que vaya a volver a verlo, el cuándo, tiene una importancia relativa. Nada de eso impide que pueda amarlo. Ni que lo sepa. Sabe que lo ama. Sabe que lo hará siempre. Porque lo sabe no desespera. Por esa certeza no tiene prisa.
(*prisa: dícese del tema del dinosaurio, primera semana de mayo de 2012)
C u a d erno d e Murúa N i ño 
Pues sí que las tienes tú…
Lo bueno si breve… ¡Feliz Puente! (sin prisas). Bs.
es que no se me ocurre historia… sigo en ello. sólo me venía aomame a la cabeza, pero me parecía tramposo. Y, ya sabes, que cuando se mete algo hay que sacarlo y dejar sitio a otra cosa… así que no he tenido más remedio que hacerlo. Me queda hora y media para una ocurrencia, una ejecución y una programación. Prisas…..