El suelo bajo los pies

Hoy, al margen de la lluvia y los charcos, me he puesto unos zapatos de charol,  planos y de suela fina.

Lo malo de estos zapatos es que no me añaden centímetros, son feos y, si el suelo tiene agua, me mojo.

Lo bueno de estos zapatos es que siento el suelo bajo los pies.

Me gusta sentir el suelo bajo los pies. El  tacto diferente del asfalto y  del adoquín, el borde de un escalón, el barro de los parterres, la pintura del paso de peatones, una chinita, la firmeza. Me gusta.

Pero  lo mejor de sentir el suelo bajo mis pies es que me hace ser consciente de mis pies.

10 comentarios sobre “El suelo bajo los pies

  1. ¿Quieres ser REALMENTE consciente de tus pies? Te aconsejo hacer el Camino de Santiago… jamás vas a ser más consciente de tus pies… ni los de los demás…

  2. Sí, consciente o no, tienes pies, gracias a ellos te sostienes sobre el suelo, firme o no, o sobre los tacones. Porque el suelo es igual de firme con o sin tacones, o con y sin zapatos, pero si ponemos mucha distancia entre el suelo y nosotros a veces no conseguimos darnos cuenta… hasta que nos damos un tortazo y aterrizamos en suelo, firme eso sí. Un beso.

    1. Si el caso es que todo esto viene porque de pronto me di cuenta de que uno es más consciente de sí mismo cuando siente que cuando no, y para sentir hace falta el contacto con aquello que te rodea. Que puede que sea una perogrullada, pero cuando me puse a analizar en el por qué me había gustado una cosa tan simple me pareció como una revelación. Quizá porque sea algo tan evidente no lo pensamos, lo damos por hecho sin ser conscientes.
      En cuanto a los pies y el suelo, bendito suelo, que siempre está ahí para detener las caídas. Pero también bendita la falta de gravedad que nos permite despegar de vez en cuando…. Un beso

  3. Mi director en UK cuando llegaba al despacho se quitaba los zapatos (bendita moqueta), decía que así pensaba mejor. Y en casa, desde hace algún tiempo, los zapatos los dejamos en la puerta, como los japoneses. Es cierto que compartir piso con tres gatos puede ocasionar alguna colisión cuando tienes esta costumbre 😉 pero a mí me ha hecho ser consciente de que el zapato es, en cierto sentido, una esclavitud necesaria. Y como todas las esclavitudes necesarias, de vez en cuando viene bien liberarnos. Mientras no pueda irme a vivir al mar…

  4. Efectivamente, el otro dia te vi con esos zapatos, tipo manoletinas. Pues a mi me gustaron. Es otra forma de pisar tierra firme, otro tacto.

  5. Cuanta sensibilidad…dicen que deberiamos caminar descalzos sobre un extenso jardin, es una terapia para el alma y para los pies…
    Dice el dicho: «Nadie sabe lo que tiene…hasta el momento en que lo pierde»…»Tu re-descubristes los pies que tienes sin haberlos perdido»
    «Que bueno»
    Saludos.

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