A veces me cuestiono el por qué creo en lo que creo. Sé que a veces tengo miedo de desapegarme de la realidad, o del realismo, y a veces las dificultades me tambalean. Me cuesta trabajo mantener mi seguridad en todo en general, y mis replanteamientos son constantes.
¿Qué quiero decir con esto exactamente? Bien, un ejemplo. La semana pasada una de las personas que colaboraban activamente con la Asociación se dio de baja. La Asociación Dar es Salaam es pequeñita. Somos unos cuarenta socios para construir un hogar escuela en Tanzania para sacar de la calle a unos doscientos niños, y que cuesta más de… ufff… prefiero no concretar esa cifra acompañada de cinco ceros a su derecha, pues me marea. Por no hablar del futuro mantenimiento mensual. El caso es que leer la noticia de la baja me tambaleó, y no pude evitar lamentarme a César. César, cada vez somos menos, no damos abasto, no podemos hacerlo todo nosotros. Y César, inquebrantable como siempre, me contestó. No te preocupes. Tengo el presentimiento de que se está fraguando algo bueno. Habla del proyecto con las personas a las que admires.
Y eso bastó para perder el miedo, para continuar creyendo en lo que parece imposible. Y después de todo, ¿qué es un presentimiento? Un presentimiento no es nada. ¿O sí? En realidad no es el presentimiento, es la seguridad. Es esa fe sin fisuras. Es esa fe la que me hace creer. Si tú crees yo creo.
Lo que quería decir con este ejemplo es que me doy cuenta de que no me basta para avanzar tener un bonito proyecto que me gustaría hacer realidad. Me doy cuenta de que sola es fácil que me pierda en el camino. Que necesito a mi alrededor personas que no se dejan cegar por las dificultades porque son capaces de mirar más allá, y hacen posible lo imposible. Y estas personas son canalizadoras de mi propia fe. Y supongo que como todo, creer también es un aprendizaje. Y quiero creer que en algún momento de este camino, llegaré a aprender a tener fe también en mí misma.
La fe es como el amor, se da sin poder evitarlo, y por su puesto si te quieres a ti, estarás preparada para querer a los demás.
Con la fe lo mismo.
Saludines,
YoMisma