Ayer fue un día emocionante.
Terminé con el segundo volúmen del temario, y con él terminé también con los temas de Lengua.
Los libros están subrayados y con las tapas ajadas. Y a veces no puedo reprimir algún comentario al margen. Casi siempre son notas referentes a la organización y estudio, notas insulsas del tipo «ojo, relacionar con tema X».
También hay alguna de desahogo, y en algunos lugares se puede leer a lápiz «¡menuda gilipollez!».
Otras son curiosas. En el tema 30, después de casi 1.000 páginas leyendo uan redacción objetiva y distante, no pude reprimirme al leer lo siguiente «Hay que deshechar como impertinente esa frase tan común de Todas las opiniones son respetables. No, no nos confundamos de referencia: lo que es respetable y debe ser así es el derecho y la libertad a expresar libremente las opiniones, pero las opiniones POR LEY DISCURSIVA SE CRITICAN y no se respetan si no están sustentadas por buenos argumentos sino por falacias.» Y al pie de este párrafo, escrito por mí se puede leer «¡¡¡¡El autor se ha exaltado!!! ¡¡¡¡Es humano!!!!»
Pero lo emocionante en el día de ayer, no consistió en haber terminado un ciclo para abrir otro. Lo realmente emocionante, fue leer en el tema 32, que habla de la comprensión y expresión de textos escritos, lo siguiente:
«La escritura fue el gran descubrimiento para vencer al tiempo, e hizo posible la existencia de un ilimitado presente. (…) Mientras que comunicación oral une a la gente en grupos, escribir y leer son actividades solitarias. (…) Lo escrito lleva consigo la soledad (y, a veces, el olvido de su origen porque la escritura queda desligada de su productor. Las palabras se presentan como si tuvieran vida, pero huérfanas de productor), y transforma el diálogo y la interacción en monólogo, pues entender lo escrito es una forma de interiorización en la búsqueda de su significatividad que hacen a la psique concentrarse sobre sí misma. «La escritura sin lector es objeto inexpresivo, realidad sin sustancia, simple cosa. La fragilidad de lo escrito está en su dependencia del lector para adquirir su propio sentido.» (Lledó). La historia de la humanidad y de su pensamiento es la historia de su escritura, y el objeto de la experiencia intelectual es el texto.» (Lengua Castellana y Literatura. Temario Volúmen II)
Al margen de ese párrafo queda escrito un humilde y admirado «maravilloso».
Maravilloso, ciertamente, «la escritura sin lector es simple cosa», no creo que haya algún escritor que colme su inquietud literaria sin compartir lo creado.
Saludos.