Magandang umaga

Antes de ir a trabajar voy a echar gasolina. Ha amanecido, pero poco, a las ocho de la mañana está todo a medio poner. La gasolinera, al funcionar veinticuatro horas, no se ve afectada por ello y está en servicio.

Uso un guante, lleno el depósito, y entro a pagar. En la tienda hay tanta luz por dentro que la sensación de que parece de noche aunque ya haya amanecido es mayor.

Mientras me está cobrando, la cajera saluda efusiva a alguien que no soy yo. Me doy la vuelta y veo a una señora mayor bajita, con ojos rasgados y pinta de esquimal. La cajera le pide que espere un momento, busca algo que resulta ser una hoja de papel y entonces lee en voz alta «magandang umaga», y le pregunta que si le ha dado bien los buenos días.

Le digo a la cajera que si saluda en su idioma a todo el mundo. Me contesta que no, que esa señora toma café a diario en la gasolinera, que es una buena mujer  y le ha tomado cariño, así que había buscado cómo se dice «buenos días» en tagalo para darle una sorpresa.

La señora que parece un esquimal, pero que probablemente sea una filipina que trabaje limpiando las inmundicias de algún vecino de la zona, no da señales de emoción alguna. Igual por el frío. Tampoco yo me quedo a contemplar el final de la escena. No descarto que en el momento en que yo salgo por la puerta la esquimal filipina esbozara una enorme sonrisa.

Cuando salgo a la calle me da la sensación de que el amanecer es más consistente. Aparco el coche sobre un montón de hojas caídas y voy a trabajar.

 

9 comentarios sobre “Magandang umaga

  1. Es una tendencia de los seres humanos hacer comparaciones para construir nuestros significados, incluso meter todo en el mismo saco (como ocurre con las personas de ojos rasgados). Tu pensaste en una esquimal, otros directamente dicen que son «chinos». Pero… las esquimales y las filipinas no se parecen, ni siquiera en los ojos.

    1. Trasladamos significados todo el tiempo, los tropos consisten en eso. En ese caso la asociación no era tanto por los ojos rasgados sino por el abrigo con pelo en la capucha que llevaba puesta. En cualquier caso, si la persona de la fila hubiera sido rusa, italiana, senegalesa, o india navaja, salvo el idioma del saludo, el relato habría sido el mismo.

    1. Que haya alguien que se moleste en darle una sorpresa a un casi desconocido para alegrarle me parece precioso. Al margen de la recepción del gesto, no? Yo lo seguiría intentando 🙂 Cuando te vea la próxima vez salúdame en chino, porfa!

      1. Hola, Patricia! Tengo un problema con WP, y es que muchos de mis comentarios van a spam, por eso siempre aviso que si no aparezco por vuestros blogs en un tiempo, me busquéis en spam porque seguro que estaré por allí.
        Un abrazo enorme!

  2. Que bonito que existe gente, que aun… quiera agradar a otra gente… Eso habla bien de esta humanidad… venida a menos… Éxitos para Ud. apreciada cronista…

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