El concepto de paquete de ideas es altamente interesante. Nos movemos en un mundo en el que nos planteamos las elecciones en base a paquetes de ideas. Eso es algo que nos simplifica mucho las cosas. Voy a poner varios ejemplos.
Cuestión político-económica. Ante el cansado esfuerzo que supondría el ejercer un análisis propio ante cada realidad en esta materia que se nos presenta en el día a día tenemos otra opción, que es la de elegir un paquete de ideas, en forma de color o partido político. Elijo ser azul, o ser rojo, o ser rosa, o ser verde. Cada uno de los colores lleva consigo un paquete de ideas, de modo que el problema se simplifica sobremanera. Una vez elegido el color, ocurra lo que ocurra, ya tendré una postura definida, la de mi color, la de mi partido. Y de ese modo, con elegir una vez, o dos o tres en la vida (para el más veleta), ya puedo evitar pensar por mí mismo.
En cuestiones ético-morales, las religiones también nos han ayudado muchísimo. Con elegir una basta, pues cada una de ellas lleva consigo su propio sistema moral, lo que está bien y lo que está mal. Así, con elegir una vez, nos quitamos de un plumazo esa fastidiosa necesidad de utilizar nuestro propio juicio crítico para responder las dificultades de tipo ético que se nos presentan. ¿Tengo una duda moral? Bien, ¿qué dice mi religión acerca de esto? Que es bueno, o que es malo. Pues eso pienso yo también. ¿Por qué? Porque lo dice mi religión, que es el mismo argumento que el de quien responde porque sí, o porque no. Y cuando se le cuestiona ese argumento a alguien suele producir fastidio, algo así como “oye, que yo ya elegí una vez, me costó lo suyo, y llevo toda mi santa vida actuando en base a eso, ahora no vengas a hacerme pensar, que mira que si por hacerlo termino llegando a la conclusión de que llevo toda la vida equivocado…”. Claro, es un riesgo que por motivos evidentes pocas personas están dispuestas a asumir.
Hasta en materias ligeras como el deporte, que no deberían plantear decisiones demasiado complicadas, también elegimos en base a paquetes de ideas. Elegimos una vez un determinado equipo, y es para siempre, y esa elección condiciona toda una cadena de sentimientos e ideas asociadas a ese equipo. Es que si eres blanco tienes que odiar a los azulgrana ¿por qué? porque va en el paquete de ideas de los blancos. Si no te gusta, puedes elegir otro equipo. ¿Y si no me gustan todas las de otro equipo? ¿y si me gustan varios?, Mira, esto es así, o lo tomas o lo dejas, pero piénsatelo bien antes de dejarlo, porque si lo haces, cada jornada de liga vas a tener que decidir con quién vas. Dios, decidir, elegir todas las semanas. ¿Quién puede vivir con una presión así?
Con esas palabras, la tertuliana ilustra perfectamente la vida en torno al paquete de ideas.
Elige un paquete de ideas y con una sola elección (o dos o tres a lo sumo), no tendrás que malgastar un minuto más de vida en volver a pensar ni a opinar ni a decidir. Sólo vivir, vivir la vida, tu vida… ¿tu vida? …. bueno, para ser más precisos, la que sea que surja de los paquetes de ideas que hayas adoptado.
¡Y tanto! Para cierta gente no debería haber ni historia. Los estadounidenses que (generalmente hablando) nunca han sido santos de mi devoción ponen el ejemplo. Hasta los años sesenta había que escoltar a los negros para acceder a la universidad (y teniendo todo el derecho)… hoy les gobierna uno. En la discusión talmúdica, por lo que respecta las religiones, una reflexión nos indica que «seguir con demasiado celo los preceptos nos lleva a hacer de estos mismos un ídolo y nosotros no somos idólatras». Completamente de acuerdo contigo. Es que esto de las reivindicaciones no nos deja nada bueno… y reposarse bajo la égida del propio partido, tampoco.