Fake empire

Gerardo, el padre de Elena, tiene una depresión, y ve demonios. 

Quiero escribir unas palabras en un trozo de papel amarillo, y esconderlo después. Después de cinco minutos voy a la cocina a por un trozo de bizcocho. Lo ha hecho Isabel, la madre de Elena. Es como el que nos hacía cuando éramos niñas. Gerardo, el padre de Elena, tiene una depresión, y ve demonios. Isabel ha llorado. Vuelvo al trozo de papel amarillo. Es muy poco espacio. Muchas combinaciones. Tengo una sola hora para tomar la decisión de qué palabras elegir para ese trozo de papel, pero me he propuesto hacerlo. No me atrevo a ser yo quien las combine. Busco la letra de la canción de esta mañana. Leo la traducción.  

Caminamos de puntillas por nuestra bonita ciudad, 

con nuestras zapatillas de diamantes puestas. 

Bailamos amaneradamente sobre el hielo, 

con pájaros azules revoloteando sobre nuestros hombros. 

Estamos medio despiertos en un falso imperio.”

Pienso que el imperio verdadero es el que parece falso, el de caminar por la ciudad de puntillas con las zapatillas de diamantes. Aunque lo falso es lo que parece verdadero y lo verdadero es lo que parece falso sé cuándo estoy despierta y de qué está hecho nuestro imperio. O eso creo. Mi demonio es un falso imperio. 

Cuando voy a coger el post-it veo que el primero del montón está escrito. Arranco ese primer papel. Pone “pasión”. Tiene polvo. No reconozco la letra. No trato de entenderlo. Me parece perfecto así. 

Escribo en el siguiente papel amarillo. En inglés: 

Tiptoe through our shiny city

With our diamond slippers on

Do our gay ballet on ice, bluebirds on our shoulders

We’re half awake in a fake empire

Salgo de la habitación con los dos trozos de papel en la mano. Hasta ahora no vuelvo a pensar en demonios.

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