Podría decir que escribo por torpeza. Durante mucho tiempo pensé que se trataba de torpeza en mi expresión oral. En realidad, durante mucho tiempo no necesité la expresión oral más que para mantener conversaciones o debates informales, para comunicarme con las personas que me rodeaban. Y, normalmente, después de una conversación, me quedaba con la impresión de no haber capaz de expresar aquello que realmente pensaba. Sin embargo, cuando me detenía en escribir y ordenar ideas y razones, con tiempo para pensar, rectificar, investigar y ordenar, sí me he sentido muchas veces conforme, y releyendo me he dicho a mí misma, sí, esto era.
De hecho, muchas veces he necesitado acudir a la escritura no solo para comunicarme con los demás, sino para comprenderme a mí misma. Especialmente ante el desconcierto que me provocan el enfado, la rabia o la tristeza. Porque, especialmente en esos casos, las voces de mi pensamiento se multiplican, hablan todas a la vez, sincronizan argumentaciones, me sitúan simultáneamente en diferentes recuerdos, y no se callan, no se callan en ningún momento, y soy incapaz de relacionar sus voces, de encontrar la conexión entre los recuerdos, de alejarme de mí misma y entenderme.
Pero al escribir me pasa lo mismo que al hablar. Y tras la lectura de un primer borrador pienso qué desordenado escribo. Pero no. El problema no es que hable desordenado, ni que escriba desordenado. El problema, mi torpeza, es que pienso desordenado.
Por eso, las ventajas de escribir frente al hablar, en mi caso, son evidentes. Tengo más tiempo para ir desentrañando mis voces, para encontrar la relación que existe entre ellas, y, además, la posibilidad de rectificar su orden y estructura. La escritura es una aliada para combatir mi torpeza.
La escritura nos ordena, es verdad. Por lo menos a mí me pasa lo mismo, seré torpe también 😉
Yo creo que más bien son cosas del pensamiento, que no es lineal, es relacional, múltiple y a veces hay que ponerlo en orden para comprenderlo en lugar de intuirlo…
Pensarás desordenado, pero, el pensamiento lo recompones muy bien con la escritura; bendito desorden.
Muchas gracias, Alfonso, mi trabajo me cuesta ponerme en orden….
Recuerdo haber leído -o escuchado o visto- la respuesta que dio una famosa escritora, cuando le dieron uno de esos premios finales e importantes a toda su obra, a la pregunta que le hizo un sagaz periodista de por qué escribía, a la que respondió de una manera tan sencilla como breve: “Escribo porque no sé hablar”, dijo.
Además, añado yo, verbalizar calma.
Sí, estoy de acuerdo. Verbalizar calma. Es catártico. En cuanto a la respuesta es grandiosa. Menos es más.
ay, la escritura, ese enigma 🙂
Siempre tratando de justificarnos, de encontrar los por qués. Creo que he debido escribir una docena de justificaciones al menos….
Y del mismo modo, según lo veo yo, también es un medio para comprender las voces de los demás. Saludos.