Desde los cinco u ocho años, el niño elabora mentalmente un mapa en el cual encajará en el futuro su ideal amoroso. Ese molde de circuitos cerebrales preestablecido es el que hará que cada quien se enamore de una persona y no de otra. Los niños desarrollan esos mapas entre los 5 y 8 años de edad como resultado de asociaciones con miembros de su familia, con amigos, con experiencias y hechos fortuitos. Así pues, antes de que el verdadero amor llame a la puerta, el sujeto ya ha elaborado los rasgos esenciales de la persona ideal a quien amar.
Teoría de la correspondencia.
O sea que el patrón ya está hecho y luego tiene que aparecer quién encaje en el mismo¡ Qué curioso!
Como dice evavill, muy curioso. No tenía idea alguna de esto.
En realidad es sólo una teoría, pero a mí me parece que puede tener sentido…