Ante el escalofriante suceso acaecido hace escasos días en Colorado, donde un joven que acudía al estreno de Batman cargado de armas de fuego y un disfraz de villano la emprendió a tiros asesinando a doce personas, el servicio de inteligencia estadounidense ha decidido tomar medidas contundentes para evitar que sucesos como éste vuelvan a repetirse: a partir de ahora estará prohibido acudir al cine con disfraz. El resto del mundo, impresionado ante semajante despliegue de ingenio -que por algo EEUU es el paradigma del desarrollo y way of live- ha comenzado a imitar su estrategia por miedo ante otras posibles matanzas incrementando incluso las medidas, y es que en países como México no sólo se han prohibido los disfraces sino también el estreno de la cinta. Ahora los ciudadanos pueden llevar sus armas de fuego en paz, a salvo al fin de disfraces asesinos.
En perfecta línea con un país que prohibe el camembert y el roquefort, porque serían dañinos para la salud, de ellos que son tan saludables. Los demás, lo sabemos «they want to live in A-me-ri-ca».
Espectacular, sí.