Adonde nosotros

Sí.
Ya me lo habéis dicho.
Qué hago con una chica de veintidós años.
Un viejo como yo.
Un viejo de treinta y ocho.
Años.
Pero no.
No os confundan mis bolas de plomo.
Hay un dios rebelde al otro lado de las cifras.
Vámonos de este planeta, Natalia.
Vámonos. Existen otros,
y Francia.
Te haré tequilas
en un vaso de trapo. Y
una cesta de números primos.
Quiero dormir en tu osito de felpa.
Solo tú me haces vibrar. Solo
tú haces sentir
Me.
Llévame a otro planeta. Te daré
una flauta redonda si me llevas lejos.
Una carpeta con ponis verdes. Y
zumo de berenjena. Lejos
de los hombres.
Llévame a ese espacio.
Adonde no sea joven ni viejo.
Adonde no sea macho ni hembra. Adonde
no exista Madrid. Más lejos. Casi en Asia.
A ese espacio. Llévame adonde ti.
Adonde mí.
Adonde
nosotros.
 
Adonde nosotros. Neorrabioso.

Si me sigues besando se va a caer. Neorrabioso

Si me sigues besando se va a caer

Ningún sinpapeles será detenido esta noche en Madrid;
cuando la mujer que amo se acerque y me bese en los centros,
las patrullas huirán acosadas por troyas de niños salvajes.

Me besa y siento que cae El Corte Inglés. Me besa
y se apagan las luces de La Caixa. Me besa tan alto
que quiebran las bolsas, y muere el dinero,
y sufre el anciano incoloro de los metales.

Se va a caer el sistema si me sigue besando.
Con besos pedrada contra los lunes.
Con besos de lapa bajo los coches.
Con besos tornillo contra las balas.
Con besos susurros contra la usura.

Se va a caer, en serio, se va a caer.
Se están despertando los osos del viento.
Estamos a punto de vivirnos. Si
me sigues besando tan alto se va a caer,
Natalia, se va a venir al suelo
El Corte Inglés.

Neorrabioso

 

Homenaje a Neorrabioso

Porque no puedo evitar detenerme cuando leo sus palabras, y porque me gusta que no se asiente lo que se me ha movido al leerlas. Porque es el único nombre escrito con spray que se me ha grabado. Y porque bajo muchas de sus palabras, a gritos en plena calle, también escribiría mi firma.

Gracias.

En boca de otro (III)

El hombre

debiera poder ser lo que desea,

debiera poder ser en la medida

de su ilusión y su deseo,

Entonces yo sería tú, que eres tú mismo,

que eres lo deseado del total deseo.

(El nuevo mar. Juan Ramón Jiménez)

En boca de otro (II)

¡Ay, no poder quemarme vivo en ti,

sin hambre, sed ni sueño,

porque no quiero verte sino serte,

ser en ti yo, vivir yo en ti,

ser, terminado como tí, yo mismo siempre,

y siempre igual, siempre distinto,

repetido y sin guía, siempre!

(Extracto de El nuevo mar.  Juan Ramón Jiménez)