– Perdona, pero voy a sacar una foto indiscreta. Ya, no se han dado cuenta.
– Pero, ¿por qué has hecho eso? ¿qué has visto?
– Es una tontería, pero es que ahí a tu espalda hay un señor blanco blanco charlando con uno negro negro, y me ha llamado la atención el contraste.
– Te sorprende como si fuera la primera vez que ves un hombre negro …
– Es que fíjate en el contraste mientras charlan, el blanco es blanco blanco: pelo blanco, gafas blancas, piel blanca… y el negro es negro negro.
– Son como los tres reyes magos, falta el rubio, ¿cómo se llamaba el rubio?
– Gaspar…
¡Mira! ¡Date la vuelta!
– ¡Gaspar!
– Perdóname la indiscreción, pero tengo que sacarles otra foto.
– Te van a ver…
– No, no me han visto.
– Ya se han encontrado los tres, ahora, a hacer magia.
– No pueden. El negro y el blanco se conocen, pero el rubio no. ¿Tú crees que por separado también hacen magia?
– No lo sé, pero igual deberíamos presentarlos.
– ¿Y estropearles la sorpresa? No.
– En cualquier caso, en algún momento, sus vidas se van a cruzar y se conocerán.
– Si, no pueden escapar a su destino. Es curioso, ellos tan ignorantes sobre sí mismos, y nosotros al lado mirándolos, con un montón de certezas acerca de su destino. No sabemos ni cuándo ni cómo, pero que se van a encontrar eso es seguro.
– Sí.
– Y el pequeño Miguel pensando que no existen y son los padres….
– Igual tienes que volver a hablar con él y desmentirle la verdad.
– Igual….