que ayer me hizo sonreir.
que ayer me hizo sonreir.
No se puede estar tan tranquila en un supermercado, escuchar algo así en el hilo musical, de sopetón y sin avisar, y pretender seguir caminando entre los lineales, comparando precios, sin conmoverse.
Menos mal que fui precavida, y hacía la compra con gafas de sol. Me pregunto dónde quedaron las inocentes y asépticas canciones del verano.