Hoy he cogido el metro en Nuevos Ministerios. Nada más pasar el billete por el torniquete, he visto un banco con una vaca sentada en un extremo, de piernas cruzadas. ¡Anda! ¡De la Cowparade!
Sobre el banco ,un cartel que decía algo así como «No podrá hablar contigo, pero es la única vaca que sabe leer. Siéntate a su lado, abre tu periódico, y hazte una foto con ella». Entonces me hice la imagen mental: efectivamente, la vaca de piernas cruzadas estaba diseñada para que pareciera estar leyendo un periódico ajeno, haciéndose la encontradiza.
Pero ¿y ese cartel a modo de manual de instrucciones? ¿Tan poco humanos somos que nos tienen que poner por escrito las instrucciones de dónde y cómo debemos hacernos las fotos? Ya hace tiempo que en las telecomedias nos dicen cuándo debemos reír con una guía de risas enlatadas, no sé por qué me extraño. ¿De verdad somos tan tarugos que no merecemos que se nos permita reír cuando algo nos haga gracia o elegir la instantánea que mejor nos parezca? ¿Es que necesitamos instrucciones para todo? ¿Necesitamos que nos digan dónde está la belleza? ¿Necesitamos que nos digan qué es el arte? ¿ O dónde está el humor? ¿ O cómo debemos reaccionar ante los estímulos?
¿Tan faltos de sensibilidad y criterio que nos hace falta que nos expliquen cuándo y cómo debemos sentir?